Fuentes: Yahoo Finanzas
El
mercado de valores estadounidense está en sus máximos históricos. Y a
pesar de que nos adentramos en el cuarto trimestre de 2017 con aumentos
de los promedios principales de Estados Unidos de más del 10% en todo el
año, algunos inversores podrían estar buscando razones para ser
cautelosos con el mercado.
Para
Michael Hartnett, un estratega del Bank of America Merrill Lynch, el
solo hecho de hacer la pregunta ya da la respuesta. La “mejor razón para
ser bajista en el cuarto trimestre es que no hay razones para serlo”,
escribió Hartnett en un artículo dirigido a los clientes la semana
pasada. En otras palabras, la falta de miedo de los mercados es algo a
temer.
Hartnett
señala que hace 18 meses se dio el comienzo de la última tendencia
alcista del mercado post-crisis que se ha visto tanto en el mercado de
acciones como de bonos. En ese momento, Hartnett sostenía que la mejor
razón para ser alcista es que no hay razones para serlo. La economía de
los Estados Unidos parecía lenta ‒de hecho, el año 2016 fue el peor en
términos de crecimiento desde 2011‒, al igual que la economía global,
mientras que el sector empresarial estaba atravesando una recesión en las ganancias provocada
por la recuperación del dólar y el colapso de los precios del petróleo.
Y si bien fueron pocos los que predijeron el Brexit y la victoria
electoral de Donald Trump, los mercados financieros utilizaron ambos
acontecimientos como catalizadores para funcionar mejor y romper lo que
había sido un año de volatilidad.
A
día de hoy, la actividad económica en Estados Unidos y a nivel global
está aumentando, mientras que la caída de las ganancias de las empresas
ya es cosa del pasado. Todo esto parece estar alimentando únicamente los
argumentos de tipo alcista.
Dos tipos de operaciones impulsan ahora a los mercados
En
un artículo de la semana pasada dirigido a sus clientes, Jan Loeys,
estratega de JP Morgan, describió las dos medidas que impulsan el
mercado en este momento: las medidas de crecimiento y las medidas
relacionadas con la fiscalidad.
Las medidas fiscales son a efectos prácticos el retorno de las “operaciones de Trump” que registramos la semana pasada y
depende del optimismo de los inversores respecto a la administración
Trump y su éxito a la hora de reducir de forma significativa los
impuestos en los Estados Unidos.
Las
medidas de crecimiento tienen que ver con el optimismo de los
inversores, y su reconocimiento, a la hora de mejorar el crecimiento
económico global. Y de esta forma, en contraste con unas operaciones
fiscales en las que las acciones de baja capitalización estadounidenses y
el dólar son los líderes, el crecimiento de las operaciones es positivo
para los mercados emergentes y negativo para el dólar.
En general, ambas cosas siguen siendo positivas para los mercados en su conjunto.
“Las
diferencias entre las medidas de crecimiento global y las medidas de
fiscalidad en Estados Unidos tienen que ver en gran parte con dónde se
toman la mayoría de los riesgos: en Estados Unidos o distribuidos por
todo el mundo”, escribe Loeys.
“Teniendo
en cuenta nuestra opinión de que los recortes de impuestos en Estados
Unidos solo tendrán un modesto impacto, simplemente se debería dispersar
el riesgo de forma global, centrándose en dónde está lo que tiene más
valor y en dónde el crecimiento tiene un mayor impulso. Para este
analista, esto sigue estando en los mercados emergentes”.
Se espera un cuarto trimestre en lo más alto
La
opinión de que básicamente hay dos opciones para los mercados en este
momento, y que ambas son buenas, es, no obstante, lo que Hartnett ve
precisamente con más escepticismo en el mercado.
“Los
activos de riesgo repuntan más”, escribe Hartnett, “pero esperamos [un
cuarto trimestre de] ‘máximos’ en las acciones y los créditos”.
Hartnett
considera que las recientes propuestas de reforma fiscal en tanto
“políticas de máximos” para los inversores llevarían a una liquidación
más rápida de la Reserva Federal y a un menor número de recompra de
acciones, ya que la inversión de capital ofrece ventajas fiscales en
base al esquema reciente de la Casa Blanca. Esto es negativo para los
mercados.
Además,
Hartnett ve el aumento en el índice MOVE ‒en esencia, igual que el VIX
para el mercado de bonos‒ como una señal de que los inversores están
tomando posiciones para un shock en los mercados de bonos, mientras que
el reciente repunte en los precios del petróleo, un potencial mínimo en
el renminbi, y las opiniones mejoradas de crecimiento económico
global configuran a los mercados en un modo de “beneficios máximos” que
los actuales precios tendrán problemas para justificar a lo largo del
tiempo.
Myles Udland
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