Fuente: BLOOMBERG 3 DE ENERO, 2018
Por Daniel Moss.
La economía mundial comenzó 2018 sobre una base más sólida de lo que muchos economistas e inversores se atrevieron a predecir. El crecimiento está cobrando fuerza en casi todas partes y ya no hay temor a la deflación. Los bancos centrales se están haciendo menos dominantes sin asustar a los mercados. Japón ya no es un eufemismo de fracaso, Europa está mostrando un vigor bien merecido y China no se está desmoronando. Incluso Brasil se ve mejor.
¿Qué podría salir mal? Bueno, algunas cosas:
¿Cometerá la Reserva Federal de Estados Unidos algún error de política monetaria bajo su nuevo presidente, Jerome Powell? Janet Yellen manejó impecablemente tres alzas de tasas de interés y el comienzo de la reducción del balance. Las tensiones aumentarán si el desempleo continúa excediendo los pronósticos de la Fed y la inflación sigue por debajo de ellos. En ese caso, la Fed podría verse tentada a tomar algún seguro elevando las tasas más de lo esperado si aparece la inflación. Eso sería un error, una sacudida desorientadora para los inversores cuyas hipótesis sobre los precios de los activos se basan en las tasas bajas.
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¿Se mantendrá la economía de China? Se suponía que se desaceleraría un poco en 2017. Eso no sucedió, lo que aumentó optimismo global. La mayoría de los economistas han contemplado una ligera desaceleración en 2018 en tanto el gobierno impulsa a las empresas estatales a reducir sus cargas de deuda. Pero la implosión de deuda que muchos detractores han predicho no ha sucedido, lo que ha dado a China la flexibilidad para desempeñar un papel cada vez más importante en la prosperidad global. Hombre clave a observar: Liu He, asesor económico del presidente Xi Jinping, que ha acumulado un enorme poder sobre el aparato político. Y no se sorprenda de ver a un nuevo gobernador del banco central.
¿Habrá una carrera descendente en las tasas de impuestos corporativos? La reducción al 21 por ciento que fue promulgada en diciembre por el presidente de EE.UU., Donald Trump, probablemente tentará a otros países desarrollados a considerar igualarlas o reducirlas. Las tasas combinadas de impuestos corporativos de EE.UU. (federales y estatales) caerán significativamente por debajo de varias economías del Grupo de los Siete, según Krishna Guha, de Evercore ISI. El mes pasado escribí que la reducción de impuestos es una parte probable de un cambio expansivo en la política fiscal global. Que empiecen los juegos.
¿Será provocado Trump? A pesar de toda la charla sobre el populismo y el estado de ánimo anticomercio en EE.UU., las elecciones presidenciales de México pueden representar tanto riesgo para el Tratado de Libre Comercio de América del Norte como las oscilaciones de la Casa Blanca entre la hostilidad y la ambivalencia. El favorito en las encuestas presidenciales en México para 2018, el izquierdista Andrés Manuel López Obrador, no dudará en enfrentarse cara a cara en las redes sociales con Trump. No es demasiado difícil imaginar que Trump, en un ataque de rabia, anuncia su intención de abandonar el pacto comercial. Si EE.UU. se retira, una serie de estados agrícolas podría caer fácilmente en recesión.
¿La política dañará el crecimiento, finalmente? EE.UU. no fue el único lugar donde los mercados y el crecimiento prevalecieron sobre las disputas geopolíticas en 2017. Tanto Indonesia como Malasia se preparan para celebrar elecciones, y el Islam político está demostrando su poderío en ambos países históricamente seculares. Las elecciones locales en Indonesia se llevarán a cabo en junio, y luego la atención pasará a las elecciones presidenciales del próximo año. Grupos islamistas forzaron el derrocamiento de un gobernador reformista clave cercano al presidente Joko Widodo, y tienen el poder para incidir en la votación y sacar a la gente a las calles. El partido gobernante de Malasia enfrentará las elecciones en agosto y es probable que dependa de un fraude electoral que favorezca a los distritos rurales y culturalmente conservadores de Malasia. El primer ministro Najib Razak ya lo dijo en 2016: los malayos serían “mendigos” en su propia tierra y las instituciones islámicas caerían si la oposición asume el control. La familia de Najib es parte del establishment político antiguo, pero él y su bloque han cortejado cada vez más a los nacionalistas e islamistas malayos desde una crisis intrapartidaria de fines de la década del 90.
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