Fuente: Reuters
11 de agosto de 2017
WASHINGTON
(Reuters) – Los precios al consumidor en Estados Unidos subieron
levemente en julio debido a que el alza de los costos de los alimentos
fue contrarrestada por la caída de los precios de una serie de otros
bienes, lo que apunta a una inflación benigna que podría hacer que la
Reserva Federal sea cautelosa respecto a una nueva alza de las tasas de
interés este año.
El
Departamento del Trabajo dijo el viernes que su índice de precios al
consumidor se elevó un 0,1 por ciento el mes pasado tras permanecer sin
cambios en junio. El IPC subió un 1,7 por ciento interanual en julio,
frente a un 1,6 por ciento en junio.
Economistas
consultados en un sondeo de Reuters proyectaban que el IPC subiera un
0,2 por ciento en julio y escalara un 1,8 por ciento interanual.
Al
excluir los volátiles componentes de los alimentos y la energía, los
precios al consumidor subieron un 0,1 por ciento por cuarto mes
consecutivo. El llamado IPC subyacente escaló un 1,7 por ciento en los
12 meses hasta julio y ahora ha avanzado en ese margen por tres meses
consecutivos.
El
modesto avance en los precios del consumidor, después de una caída de
los precios al productor en julio, podría inquietar a los funcionarios
de la Fed que han considerado en gran medida que el retroceso de la
inflación es temporal.
La
presidenta de la Fed, Janet Yellen, dijo a los legisladores el mes
pasado que “algunos factores especiales”, incluyendo precios de planes
de telefonía móvil y medicamentos, eran parcialmente responsables por
las bajas lecturas de inflación.
Los
precios de los bonos del Tesoro de Estados Unidos subieron tras la
publicación del dato, mientras que el índice dólar cayó frente a una
cesta de monedas y las acciones estadounidenses abrieron al alza.
El
banco central estadounidense tiene una meta de inflación de un 2 por
ciento y sigue una medición que ha permanecido en un 1,5 por ciento
desde mayo. La Fed ha subido las tasas de interés dos veces este año.
El
mes pasado, los precios de los alimentos subieron un 0,2 por ciento,
impulsados por un incremento en el costo de la carne, el pescado, los
huevos, las frutas y verduras.
Aunque
el precio de la gasolina se mantuvo sin cambio después de desplomarse
un 2,8 por ciento en junio, el costo de la energía eléctrica se elevó un
0,4 por ciento.
El
costo de vehículos motorizados nuevos bajó un 0,5 por ciento, la mayor
caída desde agosto de 2009 y el sexto declive mensual consecutivo.
(Reporte de Lucia Mutikani. Editado en español por Patricio Abusleme)
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